sábado, 1 de junio de 2013

Retrogradas Retenciones a las Exportaciones


Retrogradas Retenciones a las Exportaciones

Las Retenciones son el pago de Derechos que el Estado cobra sobre lo que se exporta, sin importar si los productores tuvieron ganancias o pérdidas para su producción.

Suele justificarse este tipo de impuesto por dos motivos:

1.       Evitar que los Argentinos paguemos precios internacionales más altos, por productos que los productores agrícolas podrían vender a un menor precio. De este modo los industriales argentinos podrían tener precios más baratos para sus insumos, y como consecuencia los consumidores tendríamos precios más económicos en las góndolas de los supermercados.

Si los empresarios industriales nacionales pudiesen exportar sus productos a precios internacionales, ¿Por qué motivo los venderían en el mercado local a un menor valor?

He trabajado en empresas nacionales que vendían sus productos industrializados tanto en el mercado Argentino como en mercados del exterior. Puedo garantizar que el empresario va a vender sus productos al mayor precio que les permita cada mercado. Y si el mercado de mayor precio podría absorver la totalidad de la producción, no tengan dudas que dejarían el empresario dejaría de ofrecer sus productos al mercado de menor precio.
Las retenciones a las exportaciones distorsionan los precios internos de modo tal que los Argentinos nos podemos darnos cuanta en que industrias podríamos ser realmente competitivos.
Las retenciones a las exportaciones generan una artificialidad que no nos permite darnos cuenta si un empresario industrial es eficiente y competitivo. ¿Como saber si un empresario es exitoso, cuando cuenta una ventaja comparativa por comprar insumos por debajo de los precios internacionales? Competir es la forma que tiene en ser humano de superarse. Compitiendo es como el ser humano se esfuerza al máximo y da lo mejor de sí.

La única forma de determinar en que sectores puede ser competitivo un país, es mediante el impulso libre de los actores que lo componen. Mediante la prueba y competencia de los miles de actores, es como los países terminan encontrando aquello en lo que son buenos. La búsqueda real de la competitividad debe ser un empeño de todos los emprendedores, trabajadores e inversores, y no una búsqueda basada en factores artificiales generados por decreto.

2.       Es la forma que tiene el estado de recaudar en forma directa, a un sector como el campo, beneficiado por la competitividad natural de nuestro país, para luego destinar lo recaudado a otros sectores.

¿No habrá otra forma más justa de recaudar ganancias extraordinarias de un sector? ¿No se podría utilizar el impuesto a las ganancias con ese fin? ¿Es lógico que si el productor tuvo una mala cosecha, y perdió plata, también tenga que pagar semejante impuesto como el de las retenciones a las exportaciones?

Todo este tipo de cuestiones no hacen más que desincentivar a los productores agropecuarios. Esta estudiado y demostrado que con las nuevas tecnologías, nuestro país tiene el potencial para producir como mínimo un 50% más de lo que produce en cereales. ¿No sería bueno motivar a la gente de campo para que lo haga? Seguramente el estado Argentino terminaría recaudando lo mismo que vía retenciones, pero produciendo mucho más como país.

Además, las retenciones son un impuesto que concentra todo el poder en el gobierno central, quien luego al mejor estilo de las antiguas monarquías decide como lo reparte. Este tipo de sistemas favorecen la corrupción. En cambio, vía impuesto a las ganancias, los que cobran son las provincias y municipios de manera descentralizada.

El Ejemplo de la Avena
Por mi actividad , me ha tocado interiorizarme sobre el mercado de la avena.

Hace 60 años, cuando Quaker buscó un lugar estratégico para instalar su primer fabrica procesadora de avena en Sudamérica, eligió la Argentina. Nuestra geografía cuenta con las condiciones ideales de suelo y clima para el desarrollo de un cultivo que es similar al trigo. Fuimos pioneros en la región en darle valor agregado al cultivo de la avena.  Durante mucho tiempo supimos ser grandes productores y exportadores de avena, tanto de avena del campo, como de avena procesada industrialmente.

En en par de décadas, y en gran parte por culpa de las retenciones a las exportacioes sobre este cultivo, hemos destruido el mercado de la avena en Argentina.

Las fábricas procesadoras de avena tienen que pagar un 20% de retenciones para poder exportar su productos, y lo mismo los productores para exportar el grano sin procesar. Esto ha hecho perder la rentabilidad y interes en este negocio. Los productores agropecuarios solo siembran avena para el consumo de sus animales. Y las fábricas no pueden asegurarse el abastecimiento del insumo para sus procesos.

Mientras tanto, el gobierno sigue terco con las retenciones, y ha logrado que no exportemos practicamente nada. Es decir que se destruyo una industria con gran potencial, y encima no se recauda nada.

Obviamente en materia de genética prácticamente no hemos hecho nada en las últimas décadas, por lo que hoy nuestro atraso también es tecnológico.
En contrapartida esta Chile, que cuenta con buenas condiciones climáticas, pero que sabemos que no tiene el potencial de la Argentina. Chile arrancó detrás nuestro en esta industria, pero se dedicó a hacer bien las cosas.

Trabajó en la genética del cultivo mejorando notablemente los rendimientos. Se incentivó impositivamente la instalación de fábricas en la zona avenera. Y porsupuesto que no puso retenciones a las exportaciones del producto.

Hoy Chile cuenta con varias fábricas de avena de primera línea, y exporta miles de toneladas de avena y sus derivados.

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